Madrid. 12 de la mañana.
Despedidas cargadas de consejos de última hora, miedo e ilusión. "Hacer caso a Gali, ella sabe".
Dejar tus orígenes para tomar nuevos rumbos.
Única preocupación, el macuto. Revisión de última hora, autoconvencernos de su tamaño,"¿no parecen tan grandes, no?..."
Primer control, parece que no hay problemas. Segundo. Tercero. Alguna que otra descarrilada liándola como siempre en el embarque... y ¡por fin el avión!
Las miradas de los pasajeros son aún mas indiscretas que las de la tripulación. "¿Que quieres hacer? Ese Macuto no entra ahí". "¡Que si, que si que entra!". "Pero cómo dejan viajar a gente así..."
Entre clases de aerodinámica y propulsión y nervios de alguna pasajera llegamos a la conclusión de que Madrid es de secano.
ON AIR y horas después Dubronik ..
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