jueves, 28 de julio de 2016

Viajar es siempre una aventura

Todo empezó en búsqueda de un interrail poco convencional. Cuando te propones metas a veces se cumplen, otras veces no y a veces se consiguen a medias. De ahí nace nuestro destino Rumanía.
Los prejuicios inundan nuestras vidas y probablemente lo seguirán haciendo pero después de nuestra tercera etapa, un poco menos.
Comenzando por lo tangible del país podíamos resumirlo en castillos y fortalezas que tanto buscaba Lucía. La cordillera de los Cárpatos nos acompañaría durante todo nuestro recorrido. Entre curvas, bosques e imprudentes conductores nos esperaban los castillos. Unos tan recargados y soberbios y otros tan simples y con tanto encanto.



Sobrevivimos a la decepción de que Drácula, el vampiro más conocido del mundo, existió, pero no como nos lo imaginábamos.


Con la logística del alojamiento hubo más que sorpresas, nada de albergue céntrico. El overbooking tan sonado en los aviones se trasladó a nuestro albergue y acabamos en VilaRobert, una casa de campo transformada en una pensión. Recalcando su calificativo de CAMPO no estábamos precisamente cerca de la plaza.




Una de las noches disfrutamos de un festival, sin olvidar lo anecdótico de esta plaza pues en su auge llego a tocar Julio Iglesias, padre de nuestro ansiado Enrique en la noche croata.
No podemos pasar por alto que además de los Iglesias, algunas de nuestras descarriladas bailaron sobre el escenario uno de los temas más aplaudidos por el público.

Gracias a la gente local pudimos llegar a tiempo a Sighisoara.
Aquí sí que teníamos cama y anfitriona, que nos cautivó con bollitos y un jardín repleto de flores que tanto le gustan a Gali, pues son su completo favorito. Unos vinitos y cena saludable cerraron nuestro agotador día.

Tras una invitación precipitada a abandonar el albergue, nos vimos preparando los macutos con las sábanas aún pegadas.

En esta etapa cabe destacar que nos cautivaron sus paisajes, sus calles y castillos, pero también fueron apareciendo nuestros primeros síntomas de cansancio y constipados.  Los ibuprofenos y espidifenes fueron y seguirán siendo unos complementos de primera. Pero si tuviésemos que quedarnos con algo sería con su gente, siempre amable y dispuesta a ayudar.



                        

"Asómbrate de lo épico y de lo simple, de lo extraordinario y de lo mundano." Mark Twain.

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